El concejo de Taramundi se encuentra situado en la parte más occidental del Principado de Asturias lindando ya con Galicia.
Tiene forma alargada de norte a sur y cuenta con una extensión de 82,16 kilómetros cuadrados, dentro de la cual se reparten numerosos núcleos de población, tierras de labor y monte bajo y alto, con espacios forestales de bosque autóctono, formados por roble (carballo), castaño (castañeiro) y abedul (bidueiro), por el sur y oeste, formando las grandes masas de As Veigas, Os Teixois, Bres y Turía, mientras que, hacia la parte más septentrional habitan el pino (piñeiro) y el eucalipto.
En cuanto a la división eclesiástica, está compuesto por cuatro parroquias: San Martín de Taramundi, San Julián de Ouria, San Pedro de Bres y Nosa Señora das Neves das Veigas.
Dotado de un importante patrimonio cultural y natural, forma parte de la Comarca Oscos-Eo, recientemente declarada Reserva de la Biosfera, junto con las Terras de Burón, en Galicia.
El paisaje está configurada por un relieve accidentado, con altas mesetas y fondos valles, alcanzando su mayor altitud en la Serra de Ouroso (con el Pico de Ouroso, a 1015 m., y el Pico do Outeiro en el Campo do Abrégo, con 1033 m.), por la parte oriental, que a su vez sirve de límite con Vilanova de Oscos y de divisoria entre las cuencas de los ríos Eo e Navia, vertiendo sus aguas a la margen derecha del Eo los numerosos ríos, arroyos y torrenteras del concejo, que encuentra sus valles más profundos en los ríos Caabreira, Ouria y Turía, siendo hacia el tramo medio del río de Ouria (en donde desciende a menos de 100 m.) la cota más baja de su territorio.
Estos ríos impulsaron, con su fuerza hidráulica, gran cantidad de molinos, mazos, batanes, muelas de afilar y centrales eléctricas, de los que todavía quedan algunas muestras como ejemplo de un patrimonio material que utilizado, hasta tiempos recientes, en las cotidianas labores y actividades agropecuarias locales.
En la zona existió tradicionalmente una economía rural basada en el autoconsumo, con mayor dedicación a la agricultura que a la ganadería, pero en la década de los años 60 del siglo pasado comienza a despegar lentamente una nueva economía basada en la ganadería, diversificada entre la producción de carne y leche.
Desde, por lo menos, finales del siglo XVI, tuvo lugar un importante movimiento preindustrial en torno a la reducción y transformación artesanal del hierro, cuyos beneficios alcanzaron a gran parte de la población, no solamente en los empleos directos, sino también en aquellos indirectos que afectaban a un número mayor de personas, como eran los carboneros, arrieros, mineros, taberneros, etc., que alternaban este tipo de trabajo, del que obtenían unos ingresos directos en metálico, con su oficio tradicional de labradores del campo.
Esta industria artesanal se mantuvo hasta la actualidad en Taramundi a base de pequeña empresa familiar dedicada a la elabroración de cuchillos y navajas, permitiendo el beneficio económico en distinto grado según la especialización.
Hacia finales del siglo pasado se crean algunas empresas transformadoras de leche y comienza a adquirir cierto peso, como nueva fuente de ingresos, el sector terciario con el asentamiento de una red de servicios de turismo rural, como consecuencia de una experiencia pionera llevada a cabo en 1984 como forma de desenvolvimiento integral en el medio rural.
En cuanto al idioma, se habla el gallego, un gallego que va derivando por la parte oriental hasta acercarse al galego-asturiano propuesto por Dámaso Alonso para la zona comprendida entre los Ríos Navia y Eo.
Al igual que en los municipios limítrofes, la historia de Taramundi se remonta al neolítico, encontrándose en su parte sur la mayor concentración de campos de túmulos funerarios del concejo (llamados aquí modornas o modorras), levantados por los primeros agricultores y ganaderos, los más antiguos pobladores de la comarca, que se localizan cerca de las cumbres de la Serra de Ouroso, y por los montes de Pereira, Navallo y Turía, continuando hacia Santalla de Oscos por Pousadoiro.
De la época castreña, quedan restos de varios castros, entre los que destacan el Castro de Ouria y Os Castros, en la propia Villa de Taramundi, en fase de excavación y en donde se hallaron importantes objetos, como, por ejemplo un interesante puñal de antenas.
Durante la época romana, formó parte del Convento Jurídico Lucense, cuyo principal atractivo para los invasores residía en la riqueza aurífera del occidente asturiano, llegando a explotar la mina de As Furadas de Silvallá, entre otras.
Ouroso, Ouria y As Furadas son topónimos que recuerdan las labores mineras relacionadas con la extracción de oro en la época romana, a los cuales se añade el nombre del río que baja de Bres, hoy llamado Caabreira, y a mediados del XVIII como río do Ouro, río de Louro o Riodelouro, conservándose todavía el topónimo de Río do Ouro, o Río do Louro, localizado en el actual Mazonovo.
En la Alta Edad Media, Taramundi formaba parte de la obispalía de Castropol, un territorio también chamado «Terra de Ribadeo».
Esta región fuera donada en 1154 por Alfonso VII a la Mitra ovetense, bajo la cual se mantuvo hasta que en 1584, con la desamortización en tiempos de Felipe II, alcanzó la redención jurisdiccional, junto con los concejos de Santalla y Samartín de Oscos.
El espacio que ocupa el actual concejo de Taramundi, estaba dividido a mediados del siglo XVIII en dos territorios: el Concejo de Taramundi (con las parroquias de Ouria y San Martín Taramundi) y el Coto de A Veiga da Sarza, propiedad de los Bermúdez Becerra y Castropol, fundado a finales del XVI por Gonzalo Bermúdez y su mujer.
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